¡ E X C L U S I V O !

      666: la historia de Uribito y sus 7 millones y medio de bobitos

por José María Rodríguez González*
Actualizado: 6:00 p.m., martes 6 de junio, 2.006

     Uribito, pobrecito, no le queda más que afrontar los frutos de su ignorancia coreada por 7 millones y medio de bobitos que no saben donde están parados.

     Estoy muy contento que en un país de 42 millones de habitantes, solo se hayan declarado bobos funcionales 7 millones y medio, solo un 14% de la población del país. Ahora ya estoy completamente seguro que los bobos son solo una minoría en Colombia. ¡Qué alivio!

     El Polo Democrático Alternativo tiene las mayorías de Colombia para plantearle su mensaje de progreso para todos, justicia para todos y paz para todos, no como los bobitos que se contentan con progreso para los ricos, justicia para los privilegiados, igual que la salud, y paz solo para los hampones. La mayoría de colombianos exigimos más y queremos lo mejor.

    El bobo y su TLC:

     La minoría de bobitos viven felices con su anticristo, su bobo mayor firmó un TLC y todavía, meses después, no entiende por qué los números no se tradujeron bien de su mediocre inglés, como él, al ingles de su amo con botas.

     Los astutos economistas de izquierda de Chile firmaron un TLC sabiendo de números y garantizando que Chile pueda comerciar con el mundo y levantar su economía interna. Uribito y sus economistas, entregados a la economía gringa, todavía no han podido traducir los números, tampoco garantizaron comercio con Irán o la China, y le entregaron la empresa colombiana a las globalizadoras extranjeras.

     Los bobitos no solamente están felices con ese enredo de TLC, pero además re-eligieron a su reyezuelo para que lo continúe enredando más. Los bobitos están ansiosos de comprar los desperdicios de producción, los remanufacturados y los usados que el amo de las botas les quiere vender. No importa si los problemas sociales se polaricen aun peor.

     El bobo y su seguridad democrática:

     Muchos de los bobitos dicen que las FARC son la amenaza principal contra Colombia, pero qué les hizo pensar que si cientos de miles de soldados profesionales no han podido echarle el diente a las FARC, de donde iban a concluir entonces que menos de 40.000 narco-paramilitares entrenados por el mismo ejército iban a hacer lo que el ejército no podía hacer? ¿No es eso ser bobo?

     Como si eso ya no fuera llover sus babas con granizo, su reyezuelo decide firmar dizque la paz con sus hampones. Como el reyezuelo está metido hasta el cogote en el hampa, con su papi, su hermano y hasta dos primos, entonces les dijo a los bobitos que el narcotráfico y el paramilitarismo no eran tan malos, que los verdaderos malos eran las FARC, pero ¿para qué va a hacer paz con los narco-paramilitates? ¿Porque son sus compinches?

     La paz hay que hacerla con el enemigo más grande no con los amigotes. (Si entendieran eso no serían bobitos.) Si no se hace la paz con el enemigo más grande entonces la guerra continúa.

     ¿Para qué Uribito iba a hacer la paz con sus amigotes, si ellos no estaban atacando al gobierno ni se iban a tomar el poder? Esos serían intereses políticos, que sus compinches nunca tuvieron porque para eso ya tenían a Uribito, su jefe máximo, en el poder.

     Los que no somos bobos entendemos que Uribito quería legalizar sus amigos para que sus crímenes quedaran impunes y su poder económico protegido. La paz, que no se necesitaba con ellos, era una buena excusa para ayudarlos. Desde ahí los bobitos se han comido el cuento que su Uribito es honesto y por la paz.

     Ellos nunca se dieron cuenta que cuando los amigotes del presidente usaban al DAS para que les hiciera sus mandados de seguridad, Uribito nombró al director del DAS cónsul en Milán para protegerlo de investigaciones. ¿Tan raro, no?

     Los bobitos tampoco se dieron cuenta, antes de la re-elección, que los amigotes del presidente usaron al ejército para que les hiciera los otros mandados de seguridad, esta vez masacrando diez de sus peores enemigos. Dos días después Uribito, de dientes para afuera, dijo ¡Uy que crimen! y desde ahí ha estado calladito, posiblemente estudiando cuáles serán los mejores consulados para proteger a sus generales que ayudan a sus amigotes. Pasan los días y Uribito calladito, ni una palabra contra el narcotráfico, por supuesto tampoco contra los paramilitares. Si hubieran sido las FARC, no nos quitábamos de encima a Uribito escupiendo odio por todos los canales de televisión y radio, habidos y por haber.

     Los bobitos no se dan cuenta de la diferencia. Ellos nunca se dicen ¡Um, tan raro, nuestro Uribito nunca ha mostrado odio contra los paramilitares ni contra los narcotraficantes, ¡Um tan raro! ¿Por qué será?

     Por eso hoy tenemos la minoría de bobitos coreando su hampón predilecto, y tenemos a la mayoría de colombianos, que usan la cabeza para pensar, tratando de resolver el embrollo.

     El bobo y su derecha:

     Los partidos tradicionales están muertos, el Partido Conservador gracias a Andtrés Pastrana, socio de Uribito, y el Partido Liberal se acabó gracias a Uribito.

     El Frente Nacional nos demostró que esos partidos son de pipí-cogido, todavía siguen juntos en el uribismo. Por eso el uribismo es un movimiento que recoge a toda la derecha de Colombia, miren los partidos que lo componen, los mismos con las mismas de siempre, la vieja política colombiana que nos ha llevado a los desastres que hoy pagamos.

     El uribismo es lo viejo con nuevo reyezuelo, ese pasado del que no queremos seguir siendo arte ni parte.

     El Polo Democrático Alternativo apoya a los colombianos que piensan, que buscan las nuevas rutas que están recorriendo Brasil, Argentina y Chile. Defendemos el futuro, la juventud y las soluciones que nos llevan adelante.

     Que a este gran grupo de colombianos lo llamen oposición o izquierda o como quieran, no importa. Lo que importa es que hoy dos fuerzas políticas la de los bobitos defendiendo el pasado de los mismos con las mismas, y la fuerza política del resto de los colombianos que luchamos por el futuro, por la juventud por el desarrollo y el liderazgo que todos los colombianos merecen.

     Queremos cero de ellos y cuenta nueva.

     La fuerza liderada por el PDA seguirá adelante, estamos muy jóvenes para dejarnos encadenar al pasado por más tiempo.

© 2006 José María Rodríguez González.

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