artículo 25 de mayo, 2.006
 

 

      A Uribe no le quedan sino sus cuentos

 


(Publicado originalmente en el correspondiente foro de El Tiempo)

 

por José María Rodríguez González*
Actualizado: 6:00 p.m., Jueves 25 de mayo, 2.006

 


 

     El muro de Berlín es el muro que la derecha ha construido en Colombia para impedir el mundo nuevo de la izquierda. La izquierda no es comunismo, la izquierda no es socialismo. La izquierda es la fuerza política creadora, la iniciativa y el avance de la sociedad, de la economía y del desarrollo con respeto a la naturaleza y al resto de las naciones.

     Si hay socialistas en la izquierda, si hay comunistas en la izquierda, si hay cristianos en la izquierda, si hay independientes en la izquierda, si hay una variedad rica de luchas y pensamiento en la izquierda, porque la izquierda es el despertar de la sociedad, es el reflejo de la riqueza y la variedad de nuestras gentes, es el encuentro conjunto de las soluciones, es el avance de todos los colombianos sin distingos de sus haberes, su educación, su origen o su creencia.

     Opuesto a la gran mentira de la derecha, la izquierda no es igualdad sino diferencia, esa diferencia que se ve en las plazas públicas, en las calles y en el campo de Colombia. Que la izquierda luche por la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, es diferente. Que la izquierda luche por la igualdad de oportunidad para todos los colombianos, es diferente. Que la izquierda luche por la igualdad de los derechos a la educación y a la salud, es diferente.

     La derecha no nos viene a enseñar qué es la izquierda. Sus lecciones son como las del lobo de Caperucita, La derecha ya no nos come a cuentos recocinados, ya no nos puede seguir tratando como sus animalitos que manejan a la música de su flauta, no. Colombia ha madurado, y esa variedad que llamamos izquierda es la viva Colombia, esa Colombia que ya no pueden seguir ocultando, esa Colombia que se levantó en las plazas públicas a decir Presente por Gaviria Presidente. Esa izquierda es Colombia.

    Sabemos que los extremos no nos convienen. Que la derecha consentidora de paramilitares y vendida al Norte no la necesitamos más, que la violencia que quiere amedrentar al país para tomarse el poder tampoco la queremos.

     Opuestos a la derecha y a la violencia, el Polo Democrático Alternativo tiene un líder intachable, un hombre experimentado, conocedor profundo de Colombia, a quien ha dedicado su vida entera, a quien ha servido y quien Carlos Gaviria quiere servir con la sabiduría de su madurez, la ecuanimidad de su temperamento y la brillantez de su juicio. Colombia tiene un líder, Colombia avanza con una democracia ecuánime que incluye a todos los colombianos, que no discrimina al guerrillero ni al comunista ni al perseguido, porque todos debemos trabajar unidos por Colombia. Todos nosotros somos hermanos y somos Colombia.

     Gobierno tras gobierno, en nuestra historia, hemos sido hipnotizados con promesas y temores que nos han anclado en un pasado del que no podemos despertar ni liberarnos. Pero, Colombia se levanta como los votantes de España, de Brasil, de Argentina y de Chile, a decir no le tenemos miedo a la izquierda, no le tenemos miedo a nosotros mismos, no le tenemos miedo al futuro, no le tenemos miedo al presente. Y no permitimos que la derecha insista en atemorizarnos. El comunismo en Colombia es minúsculo, pero como a muchos países de Europa y América Latina no nos asusta el comunismo. La izquierda en cambio es grande, en su mayoría, es realmente la oposición al abuso y el engaño en que nos quieren mantener para siempre.

     En la Chile socialista no hay dictadura, en la Chile socialista no hay guerrilla, en la Chile socialista hay avance económico, y es sin miedo que Carlos Gaviria y los colombianos queremos que Colombia se una a sus hermanos en el liderazgo de una comunidad que mira sin miedo al futuro. No nos importa si quieren tildar a la oposición de comunista porque no lo somos y tampoco le tememos. No somos ingenuos, de lo contrario estaríamos en la derecha.

     No nos importa que cuentistas como Londoño no sepa que la China está dirigida por un Partido Comunista, que los comunistas vietnamitas fueron el ejemplo más patriótico que existió en la segunda mitad del siglo pasado, que los países socialistas de Europa son ejemplo de la democracia y el estándar de vida en el mundo, que China, España, Brasil o Argentina son líderes de la paz no de la guerrilla.

     Uribe y sus cuentistas como Londoño, Hommes, Nieto, José Obdulio, Santos y demás nos tergiversa la historia, nos engañan y convierten a los villanos en héroes. ¿Quien es Uribe? El malabarista y predigitador que pisando a Pastrana, con dinero de gatas y prometiéndoles al paramilitarismo la impunidad se hizo presidente. Uribe explotó miserablemente la angustia colombiana y con nuestro dolor hizo su politiquería oportunista y nos prometió que acabaría con las FARC en menos de un año. De ahí viene que lo llamen culebrero, el charlatán que vende pomadas que lo curan todo. Uribe fue el culebrero que se volvió presidente.

     Aquí lo tenemos hoy enredado con las FARC a quien les pide cacao llamándolas arcángeles si negocian u ofreciéndoles áreas más grandes que la que ellas piden si cesan el fuego. Ahora el culebrero nos viene con su nueva pomada de la paz. No más culebreros en la Casa de Nariño, no más engaños a Colombia.

     La seguridad democrática no solo fue artificial sino un fracaso. Si se necesita escolta en las carreteras es porque NO están seguras. ¿Necesitan escolta las carreteras de la China, EE.UU. Alemania, Brasil, Argentina o Chile? NO, porque están seguras. La delincuencia en las ciudades y pueblos de Colombia ha crecido durante Uribe y eso no es estar más seguro. El narcotráfico creció 25% durante Uribe de acuerdo a datos dados al mundo por la misma Casa Blanca.

     Que las guerrillas están aniquiladas y reducidas a un rinconcito de la selva, pero si hasta abrieron un nuevo frente urbano nacional del que ya fueron víctimas la hermana de un ex-presidente en Risaralda y el Transmilenio en Cundinamarca, no han parado las voladuras de torres en los Santanderes y el Meta, cuando se les da la gana hacen paros armados en Arauca o Caquetá. Hay ataques en Chocó, bombardearon una sede política en Antioquia, y todas estas acciones, de una lista larga, es lo que Uribe llama ¿el rinconcito de la selva? La semana pasada Uribe llamó refuerzos militares para Cundinamarca. Yo no sabía que Cundinamarca quedaba tan cerquita del rincón de la selva, mejor dicho toda Colombia ahora se llama rinconcito de la selva. ¿Es que Uribe nos cree idiotas de nacimiento? O creyó que uno no podía despertarse de sus pomaditas. Necesitamos a un hombre de verdad, que conoce el conflicto armado por dentro y por fuera como solo Carlos Gaviria lo sabe.

     Uribe dice que no hay conflicto armado en Colombia, entonces el Ejército y las FARC debe ser que están jugando a los soldados.

     Uribe dice que las FARC ya no operan en Colombia que están olvidadas en un rinconcito de la selva. ¿Uribe no lee la prensa? A él no le gustan los periódicos ni le gusta leer, a él le gusta la televisión. Alguien debería contarle al presidente que las FARC mataron 3 policías en Nariño. A estas alturas el único colombiano que cree que las FARC están acurrucaditas en un rinconcito de la selva es Uribe. Necesitamos a alguien que esté despierto, que sepa lo que dice y lo que hace, alguien que conozca a Colombia de verdad como Carlos Gaviria. Tenemos que ver la realidad como es para darle las soluciones que verdaderamente se requieren. Los cuentos y las pomaditas de Uribe no nos sirven para un carajo.

     Y lo económico, qué desastre. La banca ahora hace dinero hasta con el más pobre, 5 billones de ganancia hizo solo el año pasado. El Banco de la República sigue sirviendo los intereses del dólar y los EE.UU., no los de Colombia. La gran industria nacional ahora pasó a ser propiedad de otros países, las pymes se volvieron carnada política, la clase media no emerge, la miseria se mantiene en los niveles de 1.936, el desempleo aumenta en la realidad y en las estadísticas baja, los trabajadores perdieron garantías y los viejos sus esfuerzos de toda la vida, el trabajo ya no es digno en Colombia, el narcotráfico y la corrupción se pasean orondos por el gobierno y las empresas, la salud es para los que tengan dinero y la educación también. El TLC vende al país por desperdicios de producción, remanufacturados y productos usados.

     La ignorancia económica y cultural de Uribe es tal que firmó un TLC sin saber leer lo que firmaba, todavía, meses después, tiene a sus ministros tratando de figurarse qué fue lo que firmó sin terminarlo de traducir. Ni lo deja publicar para que la opinión pública no se entere.

     Semejante ineptitud económica no nos puede llevar más que a la bancarrota. Ya la bolsa comienza a mostrar drásticas fluctuaciones de capital, ya la exportaciones extras originadas por la costosa guerra de Irak comenzaron a declinar, la competitividad que han ganado los países de la región no augura mucho para Colombia en el MERCOSUR de Chávez, países de Asia como China o del Medio Oriente como Irán preferirían negociar con Venezuela no con Colombia.

     El panorama económico es para tenderse a llorar, por eso lo único que le queda a Uribe son sus cuentistas como Londoño, que siguen pintando pajaritos sonrientes en árboles deshojados, elefantes rosados volando y castillos en el aire. Al carajo con Uribe y sus cuentistas, no más sinvergüencería, hemos sido tontos pero no ciegos, ni sordos ni mancos. El 28 de mayo dejaremos a Uribe con los temores que por siglos han usado para engañarnos, le dejaremos las vendas y los tapones que nos han puesto, lo dejaremos con los marrones hechos y viendo un avispero.

     No más Uribe, no más cuentistas amañados, no más degeneramiento del país en el hampa y la corrupción.

     Necesitamos honestidad para cambiar, necesitamos madurez y conocimiento, necesitamos balance y avance, necesitamos a Carlos Gaviria en la Casa de Nariño, porque no nos importa si Uribe y sus cuentistas no lo quieren.

     Colombia llenó las plazas públicas con votantes por Carlos Gaviria y las filas de colombianos cada día son más largas detrás del 28 de mayo para gritar con nuestro voto silencioso ¡Presente por Gaviria Presidente! ¡Viva Colombia!

 

 

 

© 2006 José María Rodríguez González.

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