artículo 17 de mayo, 2.006
 

 

      Respuesta a la carta de Uribe

 



 

por José María Rodríguez González*
Actualizado: 11:00 p.m., miércoles 17 de mayo, 2.006

 


 

     Señor presidente:


     Si usted apuesta por la democracia y oye al pueblo colombiano, no le quedaría bien desconocer mi respuesta a su carta, ni dejar de escuchar mis quejas al respecto.

     Trabajar con sueldos mínimos bajos, con reducción de los pagos de horas extra, con recortes prestacionales, salarios “integrales” en favor de una supuesta reducción del desempleo favoreciendo al empleador a costa del empleado, no es haber avanzado.
Y convivir en Colombia con un mayor poder político del paramilitarismo, tampoco es haber avanzado.

     La seguridad democrática le ha costado la vida a la hermana de un ex-presidente. La vulnerabilidad del Transmilenio, el nuevo frente urbano de las FARC, y el crimen organizado en ascenso exceden la cobertura de la seguridad democrática. Israel nació en la guerra, ha vivido siempre en el terrorismo y es una potencia regional ¿puede Ud., señor presidente, encontrar otra excusa que no sea la seguridad? La agricultura y la industria se desarrollan si hay infraestructura y tecnología, no insinúe entonces que las FARC se tomaron todas las industrias y el comercio y que por eso no pueden desarrollarse.

     La banca hizo más de 5 billones en ganancias sólo el año pasado gracias a los múltiples intereses, entre los que se incluyen los de los créditos populares que endeudan de por vida a los pobres, quienes terminan trabajando para pagarle al banco esos upacs disfrazados que usted promueve y tolera.

     Sr. Presidente: En Colombia no hay 18 millones de habitantes hay 45 millones de habitantes, usted quiere poner 18 millones bajo la ley 100 de salud para los que aporten la mayor contribución de dinero, y ¿así tan campante se le olvida qué hacer con el resto de los 27 millones de colombianos?

     Señor presidente, hay una población de 10 millones de niños en edad escolar, a usted solo le importa un millón y medio, ¿quién se encarga de los ocho y medio millones restantes? La educación no es democracia, es desarrollo, y usted se lo niega a ocho millones y medio de niños. La educación en Colombia no es gratuita, los padres por pobres que sean tienen que aportar al inscribir sus hijos una buena cantidad de plata, que es mucha para ellos.

     Señor presidente, de 10 millones de familias elegibles usted solo considera un millón de Familias en Acción, ¿quien atiende los nueve millones de familias restantes?

     ¿Que son 350.000 millones por año para más de 30 millones de colombianos sin techo, US 50 centavos para cada uno? Convertir los tugurios en viviendas dignas, cómo, ¿con aplanadoras? para empeñar a esos pobres hasta el alma con los bancos, y con los materiales de construcción por las nubes.

     ¿Cuándo va a dejar usted de trabajar y trabajar tanto para la banca y el ahorro, con el que perdemos hasta los calcetines?

     El empleo es bajo y se derrumbará aún más con el TLC. La inversión es para la propiedad de las globalizadoras. Colombia no es dueña de las globalizadoras y ya no tenemos empresa nacional porque usted se la dejó a las globalizadoras.

     El turismo es una decoración, siempre lo ha sido.

     Señor presidente: La inversión social es una frase hueca en su gobierno. ¿Dónde está la reforma agraria? ¿Dónde está la educación gratuita para toda la niñez? ¿Dónde está la salud gratuita para el pobre.? ¿Dónde están los mejores beneficios de empleo que le den valor al trabajo y orgullo al trabajador, y no la sensación de esclavitud que tiene hoy?

     Señor presidente, de todos sus cuentos reforzados el de la inversión social es el peor.

     Que van a arreglar las vías es el mismo cuento de toda la vida. Todos los politiqueros lo prometen. Pasan los gobiernos y las carreteras siguen, no igual de malas sino peor. Su gobierno es un ejemplo de esta politiquería.

     Usted es bueno para coleccionar promesas; hace cuatro años recogió como 100 e incumplió más del 95%. Las promesas no arreglan las cosas. Ya estamos grandes para esos cuentos de hadas.

     Señor presidente, por un momento deje la politiquería y piense en serio en Colombia. Señor presidente despierte, pellízquese. La Colombia de aquí afuera, la de verdad, no está en su carta.

     Y para cerrar con humor sin ser cómico, señor presidente, ¿es que les va a volver a dar casa a los maestros, los soldados, los policías, porque ¿eso no fue dizque un logro de su gobierno anterior? Todo lo que promete en su carta ya lo había prometido antes. ¿Qué pasó? ¿Qué fue lo que hizo en estos años? ¿Jugar a las FARC?

     Señor presidente, Carlos Gaviria, usted lo conoce muy bien, le quiso enseñar de esta Colombia, pero usted nunca le creyó ni le aprendió, porque para Ud. la demagogia es suficiente. Tómese unas merecidas vacacioncitas y deje que el Dr. Carlos Gaviria le de la leccioncita en la práctica.


     Por una Colombia de avance en desarrollo,
     (segura y emprendedora era mi abuelita)

     José María Rodríguez González

 

 

 

© 2006 José María Rodríguez González.

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