artículo 24 de mayo, 2.006
 

 

      Respuesta a un contador de lechería

 


(Publicado originalmente en el correspondiente foro de El Tiempo)

 

por José María Rodríguez González*
Actualizado: 8:00 p.m., miércoles 24 de mayo, 2.006

 


 

     Ese pobre Juan Carlos Echeverry no pasa ninguna prueba con esa contaduría de lechera. El TLC de "tómelo o déjelo" no es el que le conviene al país. La economía de mercado sin regulación que proteja la economía nacional, no tiene sentido. La propiedad no está ni estará amenazada.

     El Dr. Carlos Gaviria ve la economía colombiana en su relación a las direcciones de la economía mundial, sería absurdo querer ver nuestra economía como un ejercicio contable. La contaduría no es política ni es economía, hay contaduría en una economía cerrada como en una de libre mercado. ¿Juan Carlos Echeverry no sabe esto? No faltaba más sino que la aritmética criticara al cálculo.

     El programa del Dr. Carlos Gaviria abarca la macro y micro economías de Colombia en el mundo de la globalización. Su propósito es normalizar la economía nacional y protegerla de la voracidad globalizante al tiempo que se resuelve la infraestructura y la tecnología colombianas. Estos son objetivos, incluso ya logrados con éxito por otros países. Argentina y Brasil re-negociaron su deuda externa y basados en ese logro la cancelaron, librándose de restricciones legales, paralizamiento de su economía y limitaciones a su comercio internacional. Las inversiones aumentaron por su nueva solubilidad financiera.

     El Dr. Carlos Gaviria no propone nuevos gastos sino una realocación de los mismos dineros. Invertir el dinero que se está desperdiciando en unos gastos improductivos es economía sabia. Es absurdo gastar sin retribución. Por ejemplo, la inversión social es rentable y necesaria para el desarrollo tecnológico. El mercado de capitales es solo un componente y el presupuesto es la implementación de políticas de gobierno, entre las cuales la económica es solo una de ellas.

    La soberanía de los recursos de hidrocarburos, metales y otros productos estratégicos significa el aumento de ingresos que respaldan la amortización y el crédito público. Devaluación y déficit no son necesarios, la consolidación de negocios existentes y el establecimiento de nuevos en los mercados internacionales del Asia y el Medio Oriente como también Europa vitalizan y cimientan nuestra presencia en el mercado internacional y garantizan nuestra estabilidad económica.

     Hacer negocios de mutua conveniencia con EE.UU. sin vivir à la tette de ellos, nos libera al desarrollo. La economía neo-liberal de los neo-conservadores es contraproducente en Latinoamérica e incluso para los mismos países desarrollados, quienes la crearon para beneficiarse.

     Gaviria, Lula y Bachelet nos pueden dar lecciones de macroeconomía latinoamericana. Los neo-liberales de pueblo, que repiten como loros las teorías económicas que no entienden deberían más bien aprender de Gaviria y sus counterparts.

     Carlos Gaviria, no solo es honestidad contra corrupción, paz contra desgaste de la guerra, sino también saneamiento y progreso económico contra desperdicio.

     Votar por Gaviria es querer un futuro nuevo para Colombia, votar por Uribe es condenarnos a nunca salir de un pasado que se repite gobierno tras gobierno. No puedo cerrar mis ojos a la historia de Colombia, ¡Presente, por Gaviria Presidente!

 

 

 

© 2006 José María Rodríguez González.

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