Si nuestra televisión es mala eso es todo lo que necesitamos para hacerla mejor
Si alguien entra en su casa saca sus muebles y pone en su lugar los que él quiere que Ud. tenga, Ud. no lo permite, porque es su casa y Ud. manda en su casa. Ud. se reserva el derecho de cambiarlos cuando esté listo y por los muebles que Ud. sueñe. Quizá su propio diseño. Esto es gráficamente lo que el TLC propone con la cuota de pantalla para Colombia, que renunciemos al 70% de nuestro propio espacio, en nuestra propia televisión de nuestro propio país. Que reemplacemos nuestra televisión, buena o mala pero nuestra, por la de EE.UU.
No tan rápido Mister. Si nuestra televisión comercial no es la mejor del mundo necesitamos ponernos encima de RCN y Caracol para que la transforme, la desarrolle y la convierta en nuestro orgullo nacional. La calidad y contenido de nuestra televisión es nuestro problema, un problema doméstico, interno colombiano. No podemos permitir que nadie venga a pescar en río revuelto y nos quite el potencial que nos pertenece y que tenemos en nuestras manos.
Tener la batuta de la televisión comercial es todo lo que nos importa porque eso es todo lo que vale. A los estadounidenses no les importa que ellos no hayan inventado la pizza o que hayan hecho una imitación barata de este típico plato italiano, lo que importa es que la gente la compre en Pizza Hut, que deje su dinero en un negocio de EE.UU. y que se reconozca la mejor pizza como estadounidense. A nosotros qué nos importa de donde vienen Los Reyes o si nuestros actores imitan extranjeros, lo que nos importa es tener la batuta de Los Reyes ponerle actores colombianos y distribuirlo desde Colombia. Darle la aureola autóctona de “Babysister”, la telenovela colombiana más divertida y famosa del mundo hispano. Mantener la batuta de nuestra televisión comercial es lo autóctono colombiano.
Presentar los Simpson en nuestra televisión comercial es superfluo, ya los vemos en cable y satélite. Lo importante seria producir los Simpson en Colombia, dándole empleo a nuestros caricaturistas y demás talento y equipo de producción. Traer la tecnología de producción de animación por supercomputadoras, preparándonos para competir en el mundo de la programación animada. Pero eso no es lo que propone el TLC. Simplemente vendernos capítulos de programas de televisión para que Caracol y RCN los ponga al aire. Eso es como decir que ya poseemos la tecnología de la animación porque vimos los Simpson.
La televisión comercial colombiana es parte de nuestro patrimonio nacional. Pero, hay que saber que lo comercial se hace por lucro no para educar a nadie. Así que las familias colombianas no pueden pretender educarse o educar a sus hijos con la televisión comercial. Para eso está la televisión educativa. Hay que saber que History, Discovery, National Geography no son televisión sino corto-metrajes educativos, que llegan a todo el mundo en su pantalla de televisión por cable o satélite.
La televisión comercial es para informar, relajar, entretener con un gusto más de impacto que de refinamiento .En su aparente superficialidad nos entrega un espejo de lo normal y anormal de nuestras vidas diarias, captado en las telenovelas, los realities, las entrevistas, etc.
Recordemos que los enlatados estadounidenses nacieron de y para la televisión comercial. Fueron hechos para mantener la batuta de EE.UU. en el mundo de la televisión, no para darle esa batuta a la televisión comercial colombiana. Si. Creo profundamente en Colombia y en su potencial dentro de una industria clave en el mundo y en la que hemos dado muestras de tener dientes. Defiendo nuestra cuota de pantalla porque lo siento como un deber vecino a la defensa de nuestra soberanía nacional.
José María Rodríguez González
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